La historia de esta joven sudafricana demuestra lo importante que es leer la letra pequeña en la publicidad
Sin ser consciente de ello, la joven Shubnum Khan ha protagonizado varias campañas a escala global por haber aceptado a que le hicieran una fotografía sin leer la letra pequeña.
Cuando estaba en la universidad, la joven de origen sudafricano Shubnum Khan participó junto a sus amigos en un proyecto “100 Face Shoot” de un fotógrafo profesional que buscaba retratar a 100 personas de distintas edades y etnias. Al firmar todos los papeles necesarios para llevar a cabo la sesión de fotos, Khan, sin darse cuenta, aceptó que su imagen fuera usada para distintos fines.
La joven africana no fue consciente de que su imagen protagonizaba diversas acciones publicitarias alrededor del mundo hasta varios años después de haber participado en el proyecto, cuando un amigo canadiense le comentó que había visto su imagen en una campaña de inmigración que aparecía en un periódico local del país.
So today I’m going to tell you the story of How I Ended Up with my Face On a McDonald’s Advert in China – A Cautionary Tale. Six or so years ago, a friend in Canada posted a pic on my FB wall to say she found an advert of me promoting immigration in a Canadian newspaper. pic.twitter.com/QJ0nWpYNmQ
— Shubnum Khan (@ShubnumKhan) 28 de julio de 2018
Tras el aviso de su amigo, Khan empezó a investigar por internet y vio que su rostro no solo había parecido en la campaña de Canadá, sino también en un cartel publicitario de McDonald’s en China, en varios anuncios de sedación dental en Estados Unidos, en una campaña de una agencia de senderismo en Camboya e incluso en la publicidad de varios cursos universitarios australianos. En algunas de estas campañas, la imagen de la joven ha sido retocada.
Al ser consciente de estas campañas, la joven se puso en contacto con el fotógrafo que había realizado las imágenes. La contestación que obtuvo no fue la esperada: según le explicó el fotógrafo, todo era legal, ya que en la letra pequeña del contrato Khan había autorizado a que empleara las fotografías para fines comerciales e incluso daba permiso para que se distorsionara su identidad.
“Espero que mi historia sirva de advertencia para que otras personas tengan cuidado con lo que firman. Está claro lo fácil que resulta ser explotado y lo engañoso que es todo. Los anuncios y testimonios son falsos, con rostros de personas elegidos al azar que pueden estar viviendo tranquilamente sin saber cómo están usando su imagen en beneficio de otros”, ha publicado Khan en su cuenta de Twitter.
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